domingo, 3 de enero de 2010

BATALLON DE SAN PATRICIO




BATALLON DE SAN PATRICIO...ORGULLO PARA EL EJERCITO MEXICANO, SIN JUSTO RECONOCIMIENTO ACTUAL.


Por:  Patricio González Quintanilla.  patgq52@gmail.com


El Batallón de San Patricio, unidad del Ejército Mexicano conformada por soldados extranjeros que combatieron por la defensa de México durante la Intervención Norteamericana de 1846-1848, no ha recibido el reconocimiento oficial que merece, comparado con eventos militares de menor relevancia que tuvieron lugar en el transcurso de la guerra, tal como lo fué la defensa del Colegio Militar en Chapultepec.


Su origen tuvo como base una Brigada de soldados irlandeses, que tras desertar del ejército norteamericano tras cinco meses de guerra contra México, decidió cambiar de bando, motivada por dos motivos principales: Por un lado, el descontento por la marginación y maltrato que esta Unidad recibía del propio ejercito norteamericano, y por el otro lado, la afinidad religiosa y la promesa de otorgarles concesiones de tierras al término de la guerra, por parte del gobierno mexicano.


Los inmigrantes católicos irlandeses, muy pobres de origen, habían ingresado al Ejercito norteamericano por la paga y con la promesa de acceder a la nacionalidad de Estados Unidos una vez cumplido el período de servicio militar. Sin embargo, una vez enrolados, dadas sus preferencias religiosa católicas y una rebeldía característica de su raza frente a los oficiales y soldados norteamericanos mayormente anglicanos (protestantes), les originaron constantes conflictos al interior del ejército.


De ésta manera y por invitación del Ejército mexicano, el cual reclutaba también católicos de otras nacionalidades, incluyendo escoceses, norteamericanos y alemanes a favor de su causa, se conformó el Batallón en  Agosto-Septiembre de 1846, previo a la Batalla de Monterrey, con el núcleo principal formado por el cuerpo de irlandeses que desertó del ejercito norteamericano.


Comandados por el Teniente John Riley de Clifden y al mando de una batería de artillería conformada por dos compañías, con un total de aproximadamente 300 efectivos, el Batallon adoptó el nombre del Patrono de Irlanda, San Patricio, portando un estandarte color verde con un arpa y la leyenda “Irlanda por Siempre”.   Al mismo fueron incorporados posteriormente los efectivos de  las demás nacionalidades, aunque con oficialidad de mando mexicana.


La primer intervención armada del Batallón de San Patricio tuvo lugar el 21 de Septiembre de 1846 en la Batalla de Monterrey, donde a pesar del desenlace final, su destacada actuación en la defensa de la Ciudadela, al rechazar a las fuerzas enemigas en dos ocasiones, les mereció el respeto y admiración por parte del ejército y de la población local. Como anécdota, merece mencionar que la ciudad de Monterrey sería, junto con la ciudad de Los Angeles en California, las dos plazas que mejor se defenderían de las fuerzas de intervención norteamericana durante la guerra, antes de la Batalla final de la Ciudad de México en Septiembre de 1847.





Su siguiente actuación distinguida tuvo lugar durante la Batalla de la Angostura, al sur de Saltillo, donde el Batallón con sus cañones, de la mano de la sección de Dragones Lanceros del ejército y su célebre carga de caballería, se llevaron los méritos principales de derrotar al enemigo. El Batallón destrozó una fuerza similar atacante, tomando varias piezas de artillería enemigas, acción que les valió ser condecorados con la Cruz de Honor de La Angostura.


Desgraciadamente para el Batallón, el cual mostraba excelencia y efectividad en el manejo de la artillería, fuá convertida a una unidad de infantería tras la batalla de la Angostura, por órdenes directas de Santa Ana, el cual daba muestras una vez más de sus oscuras intenciones respecto a la guerra misma.


Como unidad de infantería, el Batallon en algún momento llegó a sumar hasta 800 efectivos, y siguó luchando con distinción a lo largo del conflicto, a pesar de estar este marcado por una tendencia de derrotas continuas, que fueron en gran manera propiciadas por el mismo Antonio López de Santa Ana.


Tras su destacada participación en la Batalla de Cerro Gordo, cerca de Xalapa, Veracruz, el Batallón recibió refuerzos de desertores alemanes motivados por el notable empresario alemán radicado en Puebla,  Martín Tritschler. Posteriormente, en plena defensa de la Capital del país, tuvo lugar la Batalla de Churubusco el 20 de Agosto de 1847. El Batallón de San Patricio tuvo una destacada participación, junto con los batallones Independencia y Bravos en la defensa del Convento, defensa que se mantuvo hasta agotar sus municiones.


El grueso del Batallón, capturado en Churubusco por las fuerzas de ocupación, dados sus antecedentes de deserción y por ser la unidad militar mexicana que más bajas les causara durante la guerra, tuvo la suerte, tras un juicio sumario y por órdenes directas del general Winfield Scott, comandante en jefe del ejercito de Estados Unidos, de ser sus efectivos condenados a ser ejecutados mediante ahorcamiento. Este tuvo lugar el 13 de Septiembre de 1847 para al menos 30 efectivos de la unidad, justo tras la caída del Castillo de Chapultepec, en la Plaza y Convento de San Jacinto. La capital del país capitularía dos días más tarde, el 15 de Septiembre.


Tras la firma del Tratado de Paz con los Estados Unidos, ocurrida en Febrero de 1848, los restos del Batallón y su Comandante John Riley, siguieron sirviendo a las órdenes del Ejercito Mexicano, sofocando algunos focos de insurrección al interior del país. Pocos de ellos pudieron reclamar las concesiones de tierras prometidas por el gobierno. Finalmente, en 1850,  el Comandante John Riley de Clifden muere y es enterrado en Veracruz el 31 de agosto de 1850. Antes de su muerte, el Batallon de San Patricio había sido disuelto, por órdenes del Gral. Joaquín Herrera en 1848.


Como suele suceder con todo lo que tiene influencia extranjera en este país, la justa dimensión del aporte histórico del Batallon de San Patricio nunca ha recibido nacionalmente el reconocimiento que merece por parte de los gobiernos mexicanos recientes, en sus celebraciones patrióticas. Esperemos que esta actitud cambie en el futuro.


Investigación Propia. PGQ-I-2009.


 


 


 


 


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1 comentario:

  1. Desgraciadamente como suele suceder siempre en Mexico los intereses estan por encima de la Nacion este grupo de combatientes lucharon por su Libertad asi como sucediera con cualquier pais en esos años, es un ejemplo para todos nosotros a seguir, si llevamos el espiritu de libertad pero solo eso! Seria justo que honraramos a ese grupo de extranjeros que lucharon por la libertad de ellos y por la de todos nosotros ni siquiera en los libros de textos escolares los mencionan asi como muchos otros heroes que han derramado su sangre por un Mexico libre, eramos un Pais poderoso hasta en territorio y no fue por cobardia que lo perdimos como dije al principio cuando los intereses estan por encima de una Nación es cuando los valores de un hombre se derrama junto con la sangre sacrificada!

    Viva Mexico!
    Alejandro Subiaur

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